ENTREVISTA A EDUARD ALCÁNTARA
Hace unos pocos años se nos realizó, de parte de Editorial Eas, una entrevista que hasta ahora había quedado inédita. Dado
que los contenidos de nuestras respuestas responden, como no podía ser
de otra manera, a nuestra concepción Tradicional de la existencia hemos
decidido su publicación:
PREGUNTA:
Estimado
Sr. Alcántara, la educación pública está envuelta por un dogma
invulnerable que presupone ciegamente una línea de progreso positiva,
causando así la despreocupación y confianza por la educación de las
nuevas generaciones, de la que debiera encargarse el Estado muy adecuada
y honestamente. ¿Podría hablarnos de la realidad del ámbito educativo
en España, teniendo en cuenta su cercanía al mismo? ¿Por qué patrones
generales se rige, por ejemplo, la asignatura de “Historia” y/o
“Filosofía” oficialmente?
RESPUESTA:
Vivimos en una época en la que sólo se habla de derechos (que, por otro lado, el Establishment
casi nunca cumple) y a duras penas se hace mención a los deberes y
obligaciones. El deber presupone esfuerzo y éste resulta casi
incomprensible – a la vez que poco menos que algo denostado- en especial
para las generaciones más jóvenes que sólo conocen de la vida fácil en
la que sus deseos les suelen ser satisfechos sin la contrapartida del
haber hecho merecimientos para obtenerlos. Exigirles esfuerzos y el
cumplimiento de sus deberes choca, pues, con su fofo carácter no forjado
y los resultados se plasman, ¡cómo no!, en el ámbito educativo con una
deficiente asimilación de los contenidos (ya de por sí rebajados en su
dificultad) trabajados en clase. Nuestro mundo hedonista es laxo y
nuestros alumnos son un fiel reflejo de esa laxitud.
Si
a los alumnos se les imbuye de la idea de que vivimos en la mejor de
las sociedades posibles, de que el nuestro es el mundo más evolucionado y
de que, por contra, el pasado equivalía a retraso cultural y político
poco interés pueden tener hacia la historia de su comunidad y/o de la
entidad política y/o étnica a la que pertenecen y menos aún hacia la de
otras comunidades que le son más o menos ajenas; aunque,
paradójicamente, se existe (desde las instancias político-culturales) un
incomprensible y aun oscuro interés de ensalzar, entre el alumnado, la
historia de pueblos, culturas y etnias totalmente ajenos a la
idiosincracia, valores y concepción del mundo que fueron los nuestros
característicos. Resulta difícil saber si estos procederes responden a
la convicción, por parte de sus mentores, de que en efecto la historia
de otros pueblos disímiles al nuestro resulta más loable que la nuestra
propia (y, por ello, más digna de ser enseñada a lo largo de las
diferentes etapas educativas) o, en cambio, si dichos procederes son
fruto de oscuros, negros e inconfesables intereses, maniobras y planes
que pretenden cercenar nuestras raíces y nuestra esencia más genuina
para convertirnos, definitivamente, en materia fácilmente dúctil y
manipulable de cara a los intereses y a las estrategias de este mundo
globalizado que va abocando al género humano a una situación mental de
encefalograma plano. Quizás dichos procederes respondan a una suerte de
enfermizo y suicida etnomasoquismo que ha ido creciendo al calor de la
ideología dominante tras el triunfo de la Revolución Francesa y que ha
hecho triunfar lo pusilánime, lo igualitario y los valores mercantiles y
denosta lo jerárquico, el heroísmo, la concepción trascendente de la
existencia, lo viril, guerrero y heroico y, por todo ello, abomina de lo
más álgido de nuestra historia …cuyos momentos y hechos más memorables
se alumbran en el seno -y a causa- de esos valores a los que anatemiza
la ideología dominante.
El
área -o asignatura- de Historia viene dada con una hipertrofia de
contenidos de orden socio-económico, demográfico, comercial,… que suele
hastiar hasta la exasperación al alumnado y le aleja de cualquier tipo
de interés por esta disciplina. En cambio, se le ocultan hazañas,
momentos épicos, personajes de gesta que despertarían el interés por la
historia pero que al Sistema le supondría un grave inconveniente …el
inconveniente de que el alumnado contrastara pasados episodios, valores y
personajes dignos de encomio con la miseria humana preponderante hoy en
día, con la medianía, la bajeza, la ruindad y la mediocridad del
proceder de nuestros actuales congéneres en general y de nuestros
dirigentes en particular y que, asimismo, contrastara con los
antivalores que desgraciadamente rigen hoy en la actualdad. Y es que
quien desconoce la historia suele ser más dócil por ser más acrítico,
pues sólo conoce del mundo insulso, materialista y consumista en el que
se ha criado y desconoce otras posibilidades, otros valores, otra forma
de vertebrar la sociedad, otras maneras de entender la vida y otro tipo
de instituciones políticas con las que comparar el paroxismo reinante.
El
liberalismo, como ideología dominante, también ha seleccionado a su
conveniencia el temario de asignaturas como la de Filosofía, difundiendo
entre los estudiantes aquellas corrientes de pensamiento que le son más
cercanas, o bien aquéllas en las que encuentra sus fundamentos y sus
orígenes: racionalismo, enciclopedismo, Ilustración, idealismo,
positivismo, empirismo, existencialismo o hasta el marxismo hallan
amplio eco en los planes de enseñanza. A estas corrientes de pensamiento
habría que añadir otras tales como el evolucionismo o el psicoanálisis
que han sido presentadas como ciencias pero que no son más que
deletéreas formas de pensamiento. Cuando se echa mano a la filosofía
clásica el Sistema sabe qué filones (corrientes y autores) explotar y
sabé, igualmente, qué visión sesgada o, peor aun, manipulada ofrecer al
alumnado …no oculta -porque no puede-, p. ej., a un Platón pero se cuida
muy mucho de penetrar en la esencia de su filosofía, pues ésta resulta
de un total contraste y de una irreductible oposición a la ideología que
lo sustenta (que sustenta al Sistema político e ideológico actual).
Continua aqui
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